Desde Ginebra. 6 de Julio y mediodía lluvioso de verano. Casi nadie sabe donde estoy cuando vengo. La soledad desde aquí es diferente. Soledad física a veces, si no hay clientes, cuando además te das un respiro y apagas las máquinas. Pero la mayor sensación de soledad que me otorga esta circunstancia es la de la burbuja inherente que se habita. Estás escondida, omitida.
Hay un espacio peculiar para los pensamientos y la observación cuando sientes que estás fuera del mundo. Sentirse en las sombras, no porque esté oscuro aunque pueda estarlo, si no por ser disidente de la sociedad. Sentirte completamente fuera del ser social que eres ya que la sociedad que acostumbras a habitar no te contemplaría como lo que eres en este momento.
Es sentirse fuera, suelta, libre, sola.
He de decir que agradeceré siempre poder haber sentido esta sensación, soledad, este desprendimiento forzoso. Estar donde nadie quiere mirar.
Y también confieso que después de muchos años he comenzado a agrietar esa burbuja. (Como por ejemplo escribiendo este comentario). No creo que llegue a experimentar nunca lo que es estar aquí o en cualquier otra parte de la misma manera, sin ella.
Pero siento que me abro un nuevo mundo, un nuevo camino sola y también acompañada.
Que disfrutes de la tuya, desde aquí se te recibe.
Desde Ginebra. 6 de Julio y mediodía lluvioso de verano. Casi nadie sabe donde estoy cuando vengo. La soledad desde aquí es diferente. Soledad física a veces, si no hay clientes, cuando además te das un respiro y apagas las máquinas. Pero la mayor sensación de soledad que me otorga esta circunstancia es la de la burbuja inherente que se habita. Estás escondida, omitida.
Hay un espacio peculiar para los pensamientos y la observación cuando sientes que estás fuera del mundo. Sentirse en las sombras, no porque esté oscuro aunque pueda estarlo, si no por ser disidente de la sociedad. Sentirte completamente fuera del ser social que eres ya que la sociedad que acostumbras a habitar no te contemplaría como lo que eres en este momento.
Es sentirse fuera, suelta, libre, sola.
He de decir que agradeceré siempre poder haber sentido esta sensación, soledad, este desprendimiento forzoso. Estar donde nadie quiere mirar.
Y también confieso que después de muchos años he comenzado a agrietar esa burbuja. (Como por ejemplo escribiendo este comentario). No creo que llegue a experimentar nunca lo que es estar aquí o en cualquier otra parte de la misma manera, sin ella.
Pero siento que me abro un nuevo mundo, un nuevo camino sola y también acompañada.
Que disfrutes de la tuya, desde aquí se te recibe.
Abrazo
gracias carol por tu comentario. me encanta leerte.
pura prosa poética; qué bonito es siempre leerte ♡
gracias, amanda <3